Al Barcelona le han bastado tres días desde el aterrizaje de Xavi Hernández para abandonar el conformismo y recuperar la autoestima.
Del ‘esto es lo que hay’ al ‘esto es el Barça’ en un sentido amplio y orgulloso de la afirmación, en todos los estamentos del club, se ha instalado una confianza máxima y el discurso firme respecto a que no hay en la Liga equipos mejores que el Barça y que el nuevo entrenador sabrá sacar el rendimiento máximo a su plantilla.
El club se sabe en una situación comprometida, a todos los niveles, pero deportivamente existe el convencimiento de estar en condiciones de recuperar el terreno perdido en la Liga. El estimulante discurso de Xavi Hernández a sus jugadores en el vestuario a modo de presentación representó una catapulta en la moral y convenció del acierto de su incorporación, que ya habría deseado Joan Laporta que ocurriera durante el verano pero fue imposible por determinadas circunstancias contractuales con Ronald Koeman.
En esa plantilla, que se reconoce descompensada pero para nada tan limitada como se pretendía explicar con anterioridad, tomará especial relevancia el papel de futbolistas como Ousmane Dembélé, aclamado por el técnico como un número uno a la altura de Kylian Mbappé, de quien se espera que acepte la oferta que ya se le ha trasladado tal, pero que al margen de su decisión final, y contando que será Xavi quien lo determine, se mantendrá en los planes del entrenador.
También se espera que con el cambio en el banquillo dé un paso al frente, determinante, Frenkie de Jong, llamado a ser el líder futbolístico que hasta hoy no ha sido, contagiado por el deprimente estado de todo el vestuario.
El club, con todo, confía en reforzarse durante el mercado de invierno, tal y como ya avanzó en su momento Joan Laporta, y no descarta poder llevar a cabo hasta tres incorporaciones que en cualquier caso serían a través de cesiones con opción a compra, descartándose tanto el regreso de Francisco Trincao (cedido actualmente al Wolverhampton Wanderers) como entendiendo muy improbable la opción de Dani Alves, siendo en este caso Xavi el último responsable pero sosteniendo que con su edad, 38 años, ofrecería un mensaje contradictorio con el nuevo y rejuvenecido proyecto.
En este aspecto no se descarta, a la espera de lo que crea el Manchester City, posicionarse por la llegada de Raheem Sterling, siempre que el jugador mostrara ganas por incorporarse al Barça. En el club se considera que existiendo no pocos futbolistas válidos para ser incorporados deben cumplir dos requisitos: Jugar menos de lo que desearían actualmente y, cuestión no menos importante, tener ganas de sumarse al proyecto azulgrana.
A partir de ahí también se da por descontado que en enero deberán haber salidas para rebajar, mucho o poco, la masa salarial de la plantilla. Ahí el nombre de Luuk de Jong cobra especial protagonismo.
Será Xavi, de todas maneras, el responsable máximo a la hora de tomar decisiones en la parcela deportiva y la próxima salida de Ramon Planes, que ha solicitado su marcha como secretario técnico al no tener una conexión ideal con el entrenador, podría no provocar su sustitución hasta final de temporada. De hecho, de momento, Jordi Cruyff se mantendrá en su actual papel cercano a Mateu Alemany y a Xavi tal como lo fue de Ronald Koeman.
