Estaban en la misma sala de clases cuando un joven de 18 años entró violentamente y comenzó a dispararles.
Mató a 19 niños y dos maestras en el tiroteo más mortífero registrado en una escuela primaria estadounidense desde la masacre de Sandy Hook, en Connecticut, hace casi una década.
Una familia perdió a dos niñas. Una pequeña fue baleada mientras intentaba llamar al teléfono de emergencias 911.
La policía identificó al atacante como Salvador Ramos, quien fue abatido en la escena del crimen. Media hora antes de llevar a cabo su plan, el joven publicó en Facebook que le dispararía a su abuela y que iría luego a una escuela.
Era la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, que este martes se transformó en el escenario de una de las peores pesadillas que una familia podría imaginar.
“El niño más dulce que he conocido”
Algunos padres habían estado en la escuela Robb Elementary School horas antes del tiroteo viendo con orgullo cómo sus hijos sostenían sus certificados del cuadro de honor en una ceremonia de entrega de premios.
Horas más tarde, tuvieron que regresar con la esperanza de encontrar a sus hijos entre los sobrevivientes.
Amerie Jo Garza fue una de las primeras niñas cuya muerte se confirmó. Acababa de celebrar su décimo cumpleaños hacía apenas dos semanas. Le dispararon mientras intentaba llamar a los servicios de emergencia, según dijo su abuela, Berlinda Irene Arreola, al diario digital estadounidense The Daily Beast.
Amerie era “súper extrovertida” y “muy querida por los profesores”, añadió.
Mientras, su padre, Angel Garza, escribió en Facebook: “Por favor, no des ni un segundo por sentado. Abraza a tu familia. Diles que los quieres”.
Garza contó cómo se enteró de que su hija era una de las víctimas mortales: “Vi a una niña cubierta de sangre que estaba muy nerviosa porque su mejor amiga estaba muerta. Cuando le pregunté por el nombre de su amiga, me dijo ‘Amerie’. Era mi hija, mi dulce hija”.
El hombre añadió que su hija intentó llamar a la policía antes de ser atacada.
Uziyah García, de 8 años, era el “niño más dulce que he conocido”, destacó su abuelo, Manny Renfro.
Renfro recordó la última vez que había visto a su nieto durante las vacaciones escolares que aprovecharon para practicar pases de fútbol americano juntos.
“Era un niño muy rápido y podía atrapar la pelota muy bien”, indicó su abuelo. “Había ciertas jugadas que yo hacía, que él recordaba y las hacía exactamente como las habíamos practicado”.
“La peor pesadilla”
Eva Mireles, de 44 años, fue la primera maestra cuya muerte fue confirmada. Formada en educación bilingüe y especial, llevaba 17 años enseñando a alumnos de cuarto grado en el distrito escolar de Uvalde.
En una breve biografía publicada en el sitio web del distrito escolar, escribió sobre su afición por correr y hacer senderismo. También señaló que tenía “una familia comprensiva, divertida y cariñosa”, formada por su marido, su hija y “tres amigos peludos” (perros).
Según los medios estadounidenses, el marido de Mireles, Rubén Ruiz, agente de policía del mismo distrito escolar, había realizado un simulacro de un tiroteo en el instituto de Uvalde hacía apenas dos meses.
Su tía Lydia Martínez Delgado expresó su dolor en un mensaje publicado en Facebook. Dijo que estaba “furiosa porque estos tiroteos continúan”. Su prima Cristina Arizmendi Mirelez calificó el hecho como algo “inimaginable… la peor pesadilla”.
Mientras, la madre de una alumna de la maestra rindió homenaje a Mireles en Twitter.
La segunda maestra asesinada en el ataque es Irma García, de 46 años, que enseñaba en la escuela Robb Elementary School desde hacía 23 años. Fue nominada como maestra del año por su distrito escolar en 2019. Ella y Mireles llevaban trabajando juntas desde hacía cinco años.
Casada desde hacía 24 años, era madre de cuatro hijos y le gustaba hacer barbacoas con su marido y escuchar música.
Su hijo dijo que un amigo de las fuerzas del orden que estaba en la escena vio a su madre protegiendo a los estudiantes mientras el pistolero abría fuego, informó la cadena estadounidense NBC.
Otro miembro de la familia, su sobrino John, escribió en las redes sociales: “Mi tía no lo consiguió, se sacrificó protegiendo a los niños de su clase”.
“IRMA GARCÍA ES SU NOMBRE y murió como una HEROÍNA. Era amada por muchos y se la echará mucho de menos”.