A casi dos años y medio desde que comenzó la pandemia de coronavirus, ha llegado la variante más infecciosa y transmisible hasta el momento: BA.5.
Las repetidas oleadas de covid-19 han dejado a millones de personas muertas, y solo las vacunas han ayudado a frenar el número de víctimas. Ahora, el virus vuelve a propagarse: evolucionando, esquivando la inmunidad y generando un aumento de casos y hospitalizaciones. La más reciente versión de sus transformaciones, la variante BA.5, es una clara señal de que la pandemia está lejos de terminar.
Esta nueva integrante de ómicron, junto a la variante estrechamente relacionada BA.4, ya ha generado un incremento global de casos: un 30% solo durante las últimas dos semanas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Europa, las subvariantes de ómicron han impulsado un aumento de aproximadamente el 25% en los casos. Aunque el Dr. Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, señaló que en realidad esa cifra podría ser mayor, dado el “casi colapso en las pruebas de detección”.
La variante BA.5 también se propaga en China, donde aumentan las preocupaciones de que las principales ciudades vuelvan pronto a implementar las estrictas medidas de confinamiento que se suspendieron recientemente
Y esta misma descendiente de ómicron se convirtió en la cepa dominante en Estados Unidos. Allí representó el 65% de las nuevas infecciones la semana pasada, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
“Hemos visto cómo este virus evoluciona rápidamente. Hemos estado planeando y preparándonos para este momento. Y el mensaje que quiero transmitir a los estadounidenses es que la BA.5 es algo que vigilamos de cerca. Y, lo que es más importante, sabemos cómo manejarla”, apuntó el Dr. Ashish Jha, coordinador de respuesta al covid-19 de la Casa Blanca, en una conferencia de prensa este martes.
Ese mismo día, el Comité de Emergencias de la OMS indicó que el covid-19 continuaba siendo una emergencia de salud pública de interés internacional, el nivel más alto de alerta que se declaró por primera vez el 20 de enero de 2020. Esto debido al aumento de casos, la mutación viral en curso y una presión cada vez mayor sobre los sistemas de salud ya sobrecargados.
El comité ––compuesto de expertos independientes–– destacó en un comunicado los desafíos de la respuesta global actual al covid-19. Entre ellos, una disminución en las pruebas de detección y de la secuenciación irregular del genoma. Lo que plantea la pregunta de cuán precisa podría ser cualquier nación de monitorear razonablemente la variante BA.5.
Los datos oficiales tienen un subregistro drástico de la cantidad real de infecciones en EE.UU., advierten los epidemiólogos. Una situación que pone al país en un punto ciego crítico, a medida que variante de coronavirus más transmisible hasta el momento gana territorio. Algunos expertos creen que la cifra de nuevas infecciones podría alcanzar 1 millón de casos todos los días en la población general de EE.UU. Lo que equivale a 10 veces más que el recuento oficial.
En cuanto a cómo enfrentar la nueva ola de covid-19, Jha instó a los estadounidenses mayores de 50 años a recibir una segunda dosis de refuerzo. Los adultos que están al día con su esquema de vacunación tienen menos probabilidades de ser hospitalizados que quienes no se han vacunado. Pero solo uno de cada cuatro adultos mayores de 50 años en EE.UU. ha recibido el segundo refuerzo recomendado, según muestran los datos que los CDC recopiló.
Las autoridades de salud de Estados Unidos trabajan de manera urgente en un plan que permita la segunda dosis de refuerzo contra el covid-19 para todos los adultos. Así lo confirmó un alto funcionario de la Casa Blanca. Justo en medio del temor de que la inmunidad en los adultos más jóvenes pueda estar disminuyendo, mientras los casos de covid-19 con dominio de la variante BA.5.
¿Qué hace a la variante BA.5 diferente?
Eric Topol, cardiólogo y profesor de medicina molecular en Scripps Research, calificó la variante BA.5 como “la peor versión del virus que hemos visto”. Según explicó en un boletín reciente, “lleva el escape inmunológico, ya extenso, al siguiente nivel. Y en función de eso, mejora la transmisibilidad”, mucho más allá de las versiones anteriores de ómicron.
En otras palabras, la variante BA.5 puede evadir fácilmente la inmunidad de contagios previos y de las vacunas, lo que aumenta el riesgo de reinfección. Aunque la variante no parece causar una enfermedad más grave, Topol dijo en una entrevista este lunes que, por el alcance de la evasión inmunológica de BA.5, espera ver una escalada en las hospitalizaciones, como ha ocurrido en Europa y en otros lugares donde la variante se ha fortalecido. “Algo bueno es que no parece estar acompañada por mayores ingresos a las unidades de cuidados intensivos, ni por más muertes como las variantes anteriores. Pero, esto definitivamente es preocupante”, agregó.
Los expertos de salud pública en EE.UU. pueden tener algo de consuelo con la trayectoria de la variante en Europa. Ryan, de la OMS, dijo la semana pasada que si bien muchos países de ese continente registran un aumento en las hospitalizaciones, “lo que no estamos viendo es un incremento en las admisiones a la unidad de cuidados intensivos. Por lo que las vacunas siguen funcionando y son esas brechas en la inmunidad las que están causando el problema”.
Pero aún así, las fuertes reducciones en la vigilancia del covid-19 alrededor del mundo obstaculizan los esfuerzos de los epidemiólogos por rastrear la evolución del virus.
“Las subvariantes de ómicron, como BA.4 y BA.5, siguen generando oleadas de casos, hospitalizaciones y muertes en todo el mundo”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa este martes. “La vigilancia se ha reducido significativamente, incluidas las pruebas y la secuenciación. Lo que hace cada vez más difícil evaluar el impacto de las variantes en la transmisión, las características de la enfermedad y la eficacia de las medidas de mitigación”, añadió.
“Nuevas oleadas del virus demuestran una vez más que la [pandemia] de covid-19 no ha terminado”, insistió.