Se cree que los cubanos se ahogaron frente a Caimán Brac entre las víctimas del “naufragio invisible”
Un esfuerzo de rescate liderado por ciudadanos para salvar a un grupo de cubanos cuyo barco improvisado se hundió cerca de Caimán Brac proporcionó una rara visión de los “naufragios invisibles” responsables de cientos de muertes cada año en el Mar Caribe.
Ocho personas fueron rescatadas después de que uno de los cubanos nadó kilómetros durante la noche para llegar a Brac y dar la alarma. Dos de sus compañeros siguen desaparecidos, se teme que se hayan ahogado, las últimas víctimas de la crisis humanitaria que se desarrolla en la región.
El incidente fue un caso relativamente raro ya que terminó con la supervivencia de la mayoría de la tripulación, que se cree que intentaban llegar a Estados Unidos.
En la mayoría de los casos, cuando las balsas improvisadas que transportan inmigrantes a través de la región vuelcan o se rompen en el océano, nunca se encuentra ningún rastro.
“Esto es lo que queremos decir cuando hablamos de naufragios invisibles”, dijo Jorge Galindo, de la Organización Internacional para las Migraciones.
“Sólo oímos hablar de casos cuando hay supervivientes”.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la organización ha registrado 1.541 muertes en rutas migratorias conocidas del Caribe desde 2014.
Según el último informe de datos de la organización, el año pasado se produjo un récord de 321 muertes y desapariciones en la región.
Las cifras, recopiladas a partir de informes oficiales, la cobertura de los medios y, en algunos casos, las familias de los desaparecidos, representan sólo una fracción del total probable de las personas perdidas.
“Los números no reflejan el panorama completo. Sólo estamos arañando la superficie”, añadió.
Dijo que la organización quiere llamar la atención sobre la crisis global de la migración irregular y que el proyecto de datos también pretende acercar la situación a las familias.
“Muchas personas nunca son identificadas oficialmente y muchas muertes no se registran”, dijo Galindo.
“Los cuerpos nunca se recuperan y las familias nunca llegan a saber el paradero de sus familiares”.
Sin embargo, los datos no ofrecen una imagen completa. La nacionalidad de las víctimas sólo se conoce en el 12% de las muertes registradas. Se cree que la mayoría son de Haití, Cuba, Venezuela y República Dominicana.
El seguimiento de las muertes y las personas desaparecidas se vuelve más difícil por el hecho de que la mayoría de los migrantes viajan de incógnito, huyendo de regímenes corruptos o disfuncionales y tratando activamente de ocultar su identidad.
Un monumento a los perdidos
El Toque, un periódico independiente que cubre Cuba desde oficinas en Cuba, Florida, España, Canadá y Ecuador, está intentando llevar algo de consuelo a las familias de los fallecidos.
En un proyecto innovador, el periódico ha producido obituarios junto con fotografías de 155 personas que murieron intentando llegar a Estados Unidos desde 2021.
Se trata del mayor “éxodo masivo” de cubanos desde la década de 1960, según el periódico.
El sitio web de investigación del periódico afirma: “Sabemos que contar las víctimas de este drama humano y ponerles un rostro no las devolverá; pero nos permitirá, como sociedad, no olvidar.
“Queremos que este espacio de memoria y homenaje sirva de ayuda y acompañamiento a los familiares que continúan su búsqueda”.
Incluye detalles desgarradores de la variedad de destinos que han corrido los migrantes en su camino a Estados Unidos.
Está Ashley Paola, de 3 años, ahogada en un naufragio a sólo 30 millas de la costa cubana. Está Cristian San Martín Estrada, de 19 años, quien logró llegar a la frontera entre México y Estados Unidos pero fue asesinado en Juárez poco antes de poder presentar su solicitud de asilo. Está Juliet Acosta Pérez, quien murió en el Tapón del Darién, una selva al sur de Panamá, tratando de cruzar por tierra Centroamérica.
“Todas estas son víctimas del régimen político en Cuba”, dijo José Jasán Nieves, editor en jefe de El Toque, con sede en Miami.
“Queríamos construir un monumento para ellos”.
Poner nombres y rostros a los datos también sirve como un potente recordatorio de los costos humanos.
“Duele ver las caras, sobre todo las de los niños. Esa es la parte realmente injusta de esta crisis”.
El proyecto también se ha convertido en un centro para ayudar a localizar a los desaparecidos.
Los datos recopilados con la ayuda de familias que buscan a sus seres queridos incluyen los nombres y, en algunos casos, fotografías y perfiles de 459 personas desaparecidas que salieron de Cuba y no se ha sabido nada de ellas desde entonces.
“A veces las personas que figuran como desaparecidas aparecen detenidas en las Bahamas o las Islas Caimán”, dijo.
Nuevamente el conjunto de datos está incompleto. Las historias, nombres y números enumerados son justo lo que los reporteros del periódico pudieron reconstruir durante los últimos dos o tres años.
El hecho de que tantas personas estén dispuestas a correr riesgos tan diversos para tratar de llegar a Estados Unidos, incluso cuando el gobierno estadounidense endurece los requisitos de entrada, muestra el alcance de la crisis política y económica en Cuba, dice.
Si bien la migración desde la isla comunista ha sido una constante durante las últimas seis décadas, la situación se ha intensificado en los últimos años.
Las autoridades estadounidenses detuvieron a 220.000 cubanos en la frontera entre Estados Unidos y México entre el 1 de octubre de 2021 y el 30 de septiembre de 2022, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, rompiendo récords establecidos por crisis de inmigración anteriores, incluido el éxodo del Mariel, en el que abandonaron alrededor de 125.000 cubanos. para Estados Unidos de abril a octubre de 1980.
Mientras tanto, 2022 fue el año más mortífero registrado para los migrantes en Centroamérica, según Galindo, de la Organización Internacional para las Migraciones.
“Ha habido poco o ningún progreso con respecto a salvar vidas”, dijo, mientras su organización busca una mayor cooperación entre los gobiernos de la región para ayudar a proteger a los migrantes.