El Juvenil A de Álvaro Arbeloa se encontró en tierras portuguesas una red defensiva bien organizada, donde el despliegue físico marcó la diferencia, y con un quipo con las ideas muy claras. El enfrentamiento era vital, con los dos equipos invictos y tratando de alzarse con el liderato del grupo, y no defraudó a una Cidade Desportiva do Sporting Clube de Braga que lucía a rebosar, incluso varios miembros del primer equipo no quisieron perderse el partido de su cantera en la Youth League.
La importancia del duelo organizó una partida de ajedrez en la que el Braga no dudó en arropar sus piezas para proteger a su rey (portero), con las líneas bien juntas para evitar que futbolistas como Nico Paz o Gonzalo danzaran por dentro para disfrutar de sus cualidades. Una decisión que se podía prever pero que, sumado a la lluvia (no paró durante toda la mañana) y la altura de césped, el juego blanco no conseguía fluir con la facilidad a la están acostumbrados. El tablero se convirtió en un campo de batalla… y en ese escenario, el Braga disfrutaba como auténticos niños. Imprimieron un buen ritmo y la intensidad fluía en cada duelo individual. En ese aspecto del juego, Jacobo fue el que más destacó para los blancos. Por arriba fue infranqueable, aportó serenidad al equipo y la contundencia necesaria para este tipo de partidos. Ancelotti puede moldear a este central… y por eso es una tónica habitual verle entrenando con el primer equipo.
Así las cosas, el Madrid buscaba desordenar al rival imprimiendo velocidad y ritmo al partido… pero lo que se encontró fue con dos acciones que pudieron cambiar por completo el partido. Ahí apareció el héroe blanco (qué pintaza tiene el canterano que ya estuvo en la gira por USA…), un rey que no necesita protección para realizar a la perfección su trabajo. En la última jugada de la primera parte, Vasconcelos soltó un zapatazo desde la frontal que obliga a Fran González a realizar una parada espectacular. Vuelo sin motor para sacar, a mano cambiada, la última ocasión de la primera parte. La acción era determinante y el portero blanco respondió.
En la segunda, el Juvenil A consiguió conectar por dentro, girarse con (más) comodidad y conectar en el tramo decisivo del campo tras un breve desorden del rival. Sin embargo, el equipo local aprovechó los problemas de su ‘caos’ para pillar a la contra al Madrid. Vasconcelos sacó ventaja de su velocidad para adentrarse por banda izquierda, asistió a Afonso Duarte que, aislado en el área, no consiguió definir con efectividad ante la portería defendida por Fran en el minuto 65. Otro aviso de los portugueses y otra respuesta brillante del guardameta tras leer la jugada, hacerse grande y tapar el remate a bocajarro. Sus ganas de mejorar son insaciables y, aunque su actuación sirvió para salvar al equipo, tuvo tiempo también para ‘autocastigarse’ (golpes en la cabeza exigiéndose más precisión) con cada desplazamiento en largo en la que no encontraba a un compañero.
Con la portería bajo control, el Madrid se fue a por la victoria… con el bombardeo constante de centros laterales. Se llegaba a la frontal del área, pero la falta de precisión no permitió al conjunto blanco abrir el marcador en Braga. En el otro bando, el peligro en ataque lo llevaba un sorprendente Roger Fernandes, que puede presumir de ser el futbolista más joven en debutar en la Supercopa (15 años, 8 meses y 12 días) y en la Liga portuguesa (15 años, ocho meses y 24 días). El 11 del Braga es ese tipo de futbolista que enamora a la hinchada con cada acción que realiza. Extremo con velocidad endiablada, obligó a los hombres de Ancelotti a emplearse a fondo para tratar de frenarle. Se echó al equipo portugués a la espalda pero no consiguió superar la última pantalla del juego. Al final, el marcador no se movió y el reparto de puntos hace que ambos equipos sigan compartiendo el liderato con 7 puntos.
