Cuatro personas que desempeñaron distintos papeles en un atrevido robo en la sucursal de Shedden Road del Royal Bank of Canada en 2016 han sido condenadas por el atraco de medio millón de dólares.
Después de tres días completos de deliberaciones, un jurado compuesto por siete mujeres y cinco hombres emitió veredictos de culpabilidad unánimes contra David Samuel Bodden Jr., Statan Omar Clarke y los esposos Elton y Eliza Webster.
Al escuchar los veredictos de culpabilidad, Bodden se quedó en silencio con la cabeza gacha, mientras Clarke sacudía la cabeza y parecía sorprendido. Eliza Webster se arrodilló sollozando junto a la barandilla del muelle mientras su marido intentaba consolarla.
Los tres hombres fueron condenados cada uno de un cargo de robo, mientras que Eliza Webster fue condenada por un solo cargo de posesión de propiedad criminal.
Tras los veredictos de culpabilidad, el juez Roger Chapple permitió que los cuatro quedaran en libertad bajo fianza, en espera de una sentencia a finales de agosto.
“Estoy extendiendo su fianza, pero no se desilusionen porque, llegado el momento de la sentencia, cualquier opción que no sea la pena privativa de libertad es inevitable”, les dijo Chapple.
Dirigiendo su atención al jurado, Chapple agradeció al panel y los excusó de seguir prestando servicios durante los siguientes cuatro años, diciéndoles que se habían ganado un merecido descanso.
Un caso de evidencia circunstancial
El complicado juicio, que duró varios meses, se basó enteramente en pruebas circunstanciales y fue reconstruido a lo largo de ocho años.
En el centro del atraco estaba Bodden quien, en su calidad de entonces empleado del banco, desactivó el sistema de seguridad de la sucursal y dejó la puerta abierta para que Webster entrara al edificio y vaciara varias máquinas expendedoras de efectivo.
Aunque no se recuperó ninguna prueba en vídeo del robo, la fiscalía proporcionó al jurado información que mostraba que el llavero de Bodden fue detectado en el suelo junto a las máquinas expendedoras de efectivo poco tiempo antes de que se violaran los protocolos de seguridad del banco.
Webster, el ladrón, pudo entrar rápidamente al edificio sin ser detectado y, usando el código de las máquinas, vaciarlas de más de medio millón de dólares, antes de ser recogido por Clarke, el conductor de la fuga.
Eliza Webster, que no participó en el robo, fue detenida por agentes de Aduanas y Control Fronterizo en el Aeropuerto Internacional Owen Roberts, donde se descubrió que llevaba aproximadamente 4.000 dólares estadounidenses en perfecto estado, con varios billetes en orden secuencial.
Durante el juicio, los tres hombres subieron al estrado y negaron cualquier participación en el robo. Eliza Webster decidió no declarar.