La idea de la organización es mostrar cómo ha sido la reconstrucción de esta zona del país luego de una década de la catástrofe nuclear.
Este jueves, Japón inicia el recorrido de la llama olímpica de los Juegos de Tokio 2021 en Fukushima, una forma de mostrar al mundo la reconstrucción de esta región del país, 10 años después de la catástrofe nuclear que sufrió.
El recorrido por relevos de la antorcha comenzará a una veintena de kilómetros de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi, donde el 11 de marzo de 2011 un terremoto de fuerza 9.0, seguido de un gigantesco tsunami, provocó la fusión del núcleo de los tres reactores.
La catástrofe provocó 18.500 muertos y desaparecidos, con localidades enteras de la prefectura de Fukushima inhabitables a causa de la radiación, por lo que decenas de miles de personas tuvieron que ser desplazadas.
Y aunque 10 años después aún queda mucho trabajo por hacer, para los participantes en la carrera de relevos la ocasión permitirá enseñar al mundo los avances en la reconstrucción.
“Visto desde fuera, parece que el tiempo se haya detenido en Fukushima, pero creo que la imagen que tiene la gente cambiará cuando vean la pasión de los corredores y el público presente en el recorrido”, piensa Hanae Nojiri, presentadora de una cadena local de televisión y que participará en los relevos.
Sentimientos encontrados
Las numerosas restricciones que impone la pandemia de coronavirus a la realización de los Juegos obligó a la organización a tomar medidas como prohibir la llegada de espectadores extranjeros y reducir las festividades en torno al paso de la llama olímpica por Fukushima. La ceremonia de inicio se celebrará sin público así como la primera etapa del relevo.
En total serán 10 mil corredores los que transportarán este símbolo del olimpismo a través del archipiélago nipón, bajo estrictas medidas sanitarias.
Los espectadores deberán situarse en los márgenes de la carrera, pero no podrán aclamar a los participantes. Los organizadores avisaron que podrían suprimir ciertos recorridos si se reúne mucha gente.
“Los vecinos de la zona esperan este momento con impaciencia, muchos querrán acercarse”, dijo Yumiko Nishimoto, una de las participantes en el relevo, que afirma tener sentimientos encontrados respecto a las restricciones.
“Me pregunto si los organizadores no habrían podido hacer un esfuerzo, ya que el acto se desarrolla al aire libre”, añadió Nishimoto, ya que, como señala, el número de contagios en Fukushima es mucho menor al de Tokio.
Nishimoto, igualmente al frente de un proyecto ciudadano para plantar 20 mil cerezos en la región, no quiere que el coronavirus arruine esta ocasión para mostrar al mundo los aspectos positivos, y también negativos de la reconstrucción.