En un combate de exhibición que horrorizará a los aficionados más críticos, Logan Paul, el boxeador youtuber, aguantó en pie los ocho asaltos a Floyd Mayweather, que sólo manteniendo a raya a su adversario se embolsó una cifra que apuntan a nueve cifras, que se divirtió a los 44 años como si hubiese disfrutado de una sesión de gimnasio cualquiera.
A base del oficio que siempre perdurará en ‘Money’ y no en un rival que terminó exultante por haber aguantado en pie a “uno de los más grandes de la historia”, como dijo, fueron transcurriendo los ocho asaltos sin anotar un golpe que mereciera la pena, salvo algún jab al final de Mayweather. De los 213 golpes que tiró Logan, sólo 28, un 13 por ciento, llegaron al cuerpo del rival. Como no hubo jueces, no hubo ganador a los puntos. En el escrutinio popular, salieron perdiendo los dos probablemente. Fuera de lo crematístico, indiscutible, a Mayweather, un grande, le sobran este tipo de acciones.
La solemnidad con la que sonó el himno estadounidense no se trasladó luego entre las 16 cuerdas. Logan Paul, 26 años, no es el Tom King de Jack London y no rebaña platos, sino que sube vídeos a You Tube. Quince kilos más pesado, peleó con la guardia bajada en todo momento y Mayweather, que era parte del show, nunca tuvo verdadera intención de castigarlo. “Me ha sorprendido esta noche. Es un buen competidor, aunque evidentemente los pesos pesados son otra cosa”, explicó luego regalando los oídos a un tipo al que habrá que aplaudir siempre la valentía de subirse a un cuadrilátero y llevar a veces, hasta que dio el corazón, la iniciativa frente a un boxeador, aunque ya retirado, con un récord de 50-0.
El Gran Showman
Paul fue el primero en subir al ring. Lo hizo con una de las piezas de la banda sonora de El Gran Showman sonando de fondo. y con menos decibelios en el Hard Rock Stadium, que cuando hizo el paseillo Mayweather, con gorra de la web de adultos Only Fans y mascarilla, minutos después, con el vocalista de Migos, un grupo de trap, intepretando a su lado formando parte de su troupe.
Fue casi más intenso esto que lo que luego sucedió. Durante muchas fases de la pelea, Mayweather sólo bailaba, mientras Logan lanzaba golpes intimidatorios y perdía energía. Cada minuto que pasaba añadía cansancio a su rictus, que no recibió un solo golpe del adversario, que pareció cortarse. Mucho cuerpo a cuerpo, con el árbitro separando en cada asalto, fue consumiendo el tiempo de una pelea que no dejó de ser una exhibición sin más. Y mucha carne para las redes sociales.