El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) de Estados Unidos no detendrá a las inmigrantes embarazadas, lactantes o en período postparto, y estipuló nuevas normas para el tratamiento de esas mujeres, informó este viernes dicha agencia.
«ICE tiene el compromiso de salvaguardar la integridad de nuestro sistema de inmigración y de preservar la salud y bienestar de las personas embarazadas, en período de postparto y lactantes», indicó el director interino de la agencia, Tae Johnson, en un comunicado.
Este anuncio surge cuando están aumentando las cifras de personas detenidas por ICE tras un año en el que, debido a la pandemia del coronavirus, el número de inmigrantes indocumentados se redujo un 66 %.
Según un informe de 2019 de la Contraloría General -la agencia del Congreso que audita al Gobierno- ICE había detenido el año anterior a 2.089 mujeres embarazadas y 381 mujeres que amamantaban a sus bebés.
«Dadas las necesidades únicas de esta población, no detendremos a personas que se sepa que están embarazadas, en postparto o lactantes, a menos que su liberación esté prohibida por ley o que existan circunstancias excepcionales», añadió Johnson.
El comunicado de ICE añadió que en las circunstancias «muy limitadas» en las cuales esa detención sea «necesaria y apropiada», ICE proporcionará cuidado general de la salud, incluida la evaluación médica, para garantizar la «atención prenatal y postnatal y de la salud mental apropiada».
Un memorando emitido en 2017 por el Gobierno del entonces presidente, Donald Trump, había eliminado la mención de que, en ausencia de circunstancias extraordinarias, las mujeres embarazadas en general no debían ser detenidas.
Este cambio en el trato a las mujeres embarazadas, lactantes y en periodo postparto es un paso más del Gobierno de hacer más «humana» la política migratoria de Estados Unidos, tras el endurecimiento de la misma durante la administración Trump.
Desde mayo de 2020, todavía con el republicano en el poder, se ha ido registrando un constante aumento en la llegada de inmigrantes a la frontera con México, tendencia que se ha disparado desde la llegada de Biden a la Casa Blanca en enero, y en mayo pasado se «interceptaron» a más de 180.000 indocumentados y solicitantes de asilo, la cifra más alta en dos décadas.
Las preocupaciones por la suerte de migrantes indocumentadas que han parido recientemente en Estados Unidos llevó a grupos que abogan por los inmigrantes a demandar esta semana de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) una explicación por la expulsión del país de madres migrantes y de sus bebés que, por haber nacido en Estados Unidos, son ciudadanos de este país.
«La demanda busca develar los registros relacionados con una tendencia ampliamente informada de deportar a las madres y sus bebés recién nacidos a pocas horas de su alta en hospitales y centros médicos de Estados Unidos donde las madres dieron a luz», señalaron los demandantes.
«Ninguna madre debería experimentar el horror de que la trasladen al otro lado de la frontera a pocos días de dar a luz», dijo Trina Realmuto, directora ejecutiva de la Alianza Nacional de Litigio de Inmigración.