EE.UU. llama a la comunidad internacional a condenar al régimen cubano por represión del 15N
Estados Unidos lanzó este martes un llamamiento a la comunidad internacional para condenar al régimen cubano y denunciar “la asfixia de la libertad” y las detenciones masivas de manifestantes, ocurridas este 15 de noviembre en la isla.
“Reiteramos nuestro llamamiento a la comunidad internacional para que presione al régimen represivo de Cuba y le exija escuchar a su pueblo. Nos unimos a la comunidad internacional en la condena de las detenciones masivas de manifestantes cubanos, en la búsqueda de la liberación de los detenidos injustamente en Cuba y en el apoyo al deseo del pueblo cubano de determinar su propio futuro”, manifestó el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.
La declaración del Departamento de Estado se produce tras la jornada del 15N en el país, sacudida por el despliegue de fuerzas militares en las calles y la ofensiva violenta de turbas progubernamentales para impedir las marchas convocadas por la sociedad civil en todo el país.
En un emplazamiento planteado en los más duros términos, Washington criticó que el régimen volviera a bloquear las voces del pueblo en lugar de escucharlas, renunciando a las oportunidades de diálogo y cambio positivo para el futuro de Cuba.
“Estados Unidos elogia el valor y la voluntad del pueblo cubano que se enfrentó a la represión del gobierno para hacer oír su voz ayer”, dijo Price en un comunicado.
El funcionario recordó que “los cubanos de toda la isla querían manifestarse pacíficamente y pedir a su gobierno que respetara sus libertades fundamentales y atendiera sus necesidades”.
“Querían hablar libremente con su gobierno, para denunciar la corrupción y la mala gestión económica que les ha dejado sin alimentos, medicinas o suministros médicos. El régimen cubano volvió a negarles esa posibilidad”, indicó la declaración. “Las autoridades rodearon los domicilios de los organizadores y promotores para impedirles ejercer sus derechos de libertad de expresión y de reunión pacífica, reprimieron las protestas allí donde se produjeron y detuvieron a los manifestantes.
Price agregó que el gobierno cubano trató de ocultar al resto del mundo lo que estaba ocurriendo, revocando las credenciales de los periodistas profesionales y cortando la comunicación con los organizadores. “Sin embargo, la comunidad internacional fue testigo una vez más de la asfixia de la libertad por parte del régimen autoritario cubano”.
Agregó que al igual que el 11 de julio y a lo largo de este verano, el pueblo cubano intentó valiente y pacíficamente iniciar un debate con su gobierno, lo que se le impidió por vía del acoso y la represión.
“Una y otra vez, el gobierno cubano rechazó ese esfuerzo con represión, enviando seguridad, policía y turbas con respaldo oficial para amedrentar a quienes buscan una transición democrática”, enfatizó el funcionario.
El tono de la declaración de Washington marca una escalada en las críticas al comportamiento del gobierno cubano y sitúa las relaciones diplomáticas en un punto de máxima tensión.
Este lunes, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, acusó al gobierno cubano de emplear “tácticas de intimidación” para silenciar la voz de sus ciudadanos durante las protestas organizadas en la isla.
El académico Andy Gómez, Profesor Emérito de la Universidad de Miami, considera que el lenguaje de la declaración estadounidense sobre el 15N se corresponde con el deterioro creciente de las relaciones entre Washington y La Habana.
“La política de Estados Unidos para Cuba se ha estancado, pero no creo que el clima de tensiones pueda derivar hacia una ruptura de relaciones diplomáticas”, dijo Gómez, un experto en asuntos cubanos. “No es conveniente para ninguna de las partes en este momento”.
Los intercambios de confrontación han ido subiendo escalones durante las últimas semanas, con insistentes críticas de la administración de Joe Biden a la conducta del régimen cubano en materia de derechos humanos y libertades cívicas, mientras que La Habana no se ha limitado en acusar a Estados Unidos como instigador de las protestas internas con fines de desestabilización del país.
En una intervención ante el cuerpo diplomático la pasada semana, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla centró sus palabras en describir el deterioro de las relaciones bilaterales como parte lo que llamó “la exportación de las prácticas tóxicas y sucias de la política electoral” de Estados Unidos.
Rodríguez Parrilla cuestionó directamente a la embajada estadounidense en La Habana por transportar incluso en sus autos a los “agentes internos” reclutados, financiados y entrenados para la subversión.
A una pregunta sobre el estado de los vínculos diplomáticos, la subsecretaria de Estado para Asuntos Hemisféricos, Emily Mendrala, dijo que se mantienen los contactos para asuntos de interés común.
“Nosotros mantenemos relaciones bilaterales con el gobierno de Cuba y sostenemos conversaciones con los funcionarios cubanos tanto por vía de la embajada de Cuba en Washington como a través de la embajada de Estados Unidos en La Habana”, dijo Mendrala. “Hablamos de temas que son de necesidad mutua y otros asuntos cuando llega a ser necesario”.
La declaración del Departamento de Estado de este martes se produjo horas después de que legisladores republicanos, liderados por los congresistas cubanoamericanos, convocaran una conferencia de prensa en Washington para exigir a Biden que presione a la comunidad internacional para cortar las ayudas al régimen cubano.
Los congresistas también reiteraron la petición a la administración Biden de que realice gestiones con empresas privadas para asegurar conectividad a internet al pueblo cubano. Entre los legisladores se encontraban los senadores Marco Rubio y Rick Scott, y los representantes María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart junto a otros 10 congresistas republicanos.
La Casa Blanca ha manifestado que el tema de acceso a internet para los cubanos forma parte de sus prioridades, pero la implementación de una iniciativa tecnológica de esa magnitud conlleva serios obstáculos por su elevado costo, retos tecnológicos y sus implicaciones legales a nivel internacional.