El Tribunal Forense dictaminó que la muerte repentina de Jahzarah Caballero-Millwood, de 10 años, fue el resultado de causas naturales.
Caballero-Millwood murió inesperadamente el 20 de junio de 2018, dejando a sus padres, familiares y a la comunidad en general confundidos y buscando respuestas.
“Era una niña perfectamente normal y sana, y pocos días antes de morir, seguía preguntándole si estaba bien porque sus ojos se estaban poniendo amarillos”, dijo su madre.
El padre de la niña agregó que la noche antes de su muerte, su hija se estaba quedando en su casa y, dijo: “Esta situación me pareció bastante extraña. ¿Cómo puede simplemente fallecer un niño sano y feliz, que no sufrió lesiones ni mostró signos de enfermedad?
Al jurado del tribunal forense compuesto por cuatro hombres y tres mujeres se le dijo que el color amarillento de los ojos era probablemente un síntoma de ictericia. Sin embargo, un informe de la autopsia descartó posteriormente esta teoría. En cambio, la causa probable de su muerte fue un ataque de asma repentino y severo.
“Los tejidos de sus [vías respiratorias] estaban formados por músculos extra densos que normalmente ayudarían a contraerse y liberarse para ayudar con la respiración y el flujo de oxígeno”, dijo el Dr. Kimone Fraser, patólogo de la Autoridad de Servicios de Salud.
Fraser explicó que debido a que Caballero-Millwood no había sido tratada por asma en los seis meses anteriores a su muerte, sus registros médicos no reflejaban ningún tratamiento que pudiera considerarse “reciente”.
Sin embargo, una ligera acumulación de moco en los pulmones y en el sistema respiratorio en general fueron signos reveladores de que Caballero-Millwood probablemente estaba teniendo síntomas de asma antes o en el momento de su muerte.
“[Un] cambio repentino y significativo de temperatura podría haber desencadenado una reacción alérgica, que a su vez podría haber desencadenado un ataque de asma”, dijo Fraser. “El simple hecho de pasar, por ejemplo, de una habitación fría directamente a una ducha caliente, o incluso de un ambiente muy caluroso a una habitación muy fría, podría provocar un shock en los músculos, provocando que se contrajeran repentinamente y provocando un ataque de asma significativo”.
Fraser dijo al tribunal que, aunque algunos ataques de asma pueden ir acompañados de sibilancias, no siempre es así y, en algunos casos, las sibilancias sólo se pueden escuchar a través de un estetoscopio.
Tras una breve deliberación, el jurado de siete miembros emitió un veredicto unánime de muerte por causas naturales.
Si bien el asma es una enfermedad no transmisible, los datos sobre dichas afecciones entre los estudiantes de Caimán se centran en la prevalencia de la obesidad y no incluyen cifras sobre los niños que padecen esa enfermedad pulmonar crónica.
Sin embargo, según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud, se estima que en 2019 262 millones de personas sufrieron asma y, de ellas, 455.000 murieron. Pero no hubo cifras específicas sobre los niños con asma.
