Richard Andre Scott y Mark Alexander Beckett fueron absueltos de todos los cargos de robo, intento de robo y posesión de una imitación de arma de fuego en relación con un atraco en la sucursal sin efectivo de Scotiabank en Grand Harbor en junio pasado. La corona había sostenido a lo largo de su caso que las pruebas circunstanciales contra los hombres a partir de imágenes de CCTV y ADN eran muy sólidas, a pesar de que no había identificación directa de ninguno de los hombres. Pero el jurado no estuvo de acuerdo y declaró a ambos hombres inocentes.
Los dos ladrones fueron rastreados desde una residencia en Crewe Road, George Town, hasta el banco, ubicado en Hurley’s Roundabout, donde sacaron efectivo de una mujer que había usado el cajero automático. No pudieron conseguir más ya que este banco no tiene efectivo. Tras el atraco, en el que los hombres armados aterrorizaron a la mujer, fueron perseguidos por su marido.
Scott fue atrapado por el marido, pero afirmó que no era el ladrón, sino que simplemente había estado paseando en bicicleta al mismo tiempo.
Durante el juicio de siete semanas, el jurado vio horas de imágenes de CCTV, reconstruyendo lo que la corona dijo que era evidencia clara contra los hombres que estaban en el banquillo. Los fiscales también dijeron que los acusados estaban conectados con el crimen a través de su ropa y el ADN que había en la bicicleta que recuperó la policía.
Sin embargo, a pesar de los argumentos presentados por Kenneth Ferguson, el abogado principal que procesó el caso, sobre la cantidad de coincidencias que tendrían que haber ocurrido para que los hombres no fueran culpables, los abogados defensores Stacy-Ann Kelly y Keith Myers, quienes representaron los dos sospechosos lograron convencer al jurado de que había dudas sobre la identidad de los ladrones.
