En toda la región del Caribe, los gobiernos han emitido enérgicas condenas tras el intento de asesinato del expresidente estadounidense Donald Trump. El incidente, ocurrido durante una aparición pública en Pensilvania el sábado, ha provocado reacciones y preocupación internacional.
Los gobiernos regionales resaltaron que la violencia no tiene cabida en el ámbito político.
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Dr. Keith Rowley, dijo que apoya al presidente Joe Biden y al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, para condenar el incidente, que podría haber provocado la muerte de decenas de personas.
“Yo también estoy de acuerdo en que no hay absolutamente ningún lugar ni justificación para ningún aspecto de la violencia en el proceso político y el entorno de una sociedad democrática. Aquellos que directa o inadvertidamente podrían fomentar o alentar este resultado deberían reflexionar profundamente sobre su compromiso con la democracia, ya que todos la defendemos ante la diversidad de nuestras poblaciones”, dijo en un comunicado.
El primer ministro de San Cristóbal y Nieves, Terrance Drew, dijo que estaba entristecido por el incidente.
“La violencia y el odio no tienen lugar en nuestro mundo, y condeno este acto atroz en los términos más enérgicos posibles. Mis pensamientos y oraciones están con el expresidente Trump y su familia durante este momento difícil. Debemos unirnos como comunidad global para denunciar tales actos de violencia y trabajar por un mundo más pacífico e inclusivo”, escribió en X, antes conocido como Twitter.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Belice describió el incidente como un ataque a la democracia estadounidense.
“Belice condena categóricamente el intento de asesinato del expresidente @realDonaldTrump. Subrayamos la importancia de elecciones libres y justas como principio fundamental de la democracia. Esto abarca la protección de las vidas de todos los candidatos políticos”, escribió el ministerio en su cuenta oficial X.
Trump recibió una herida leve en la oreja por una de las balas disparadas por Thomas Matthew Crooks.
El aspirante a asesino de 20 años fue asesinado a tiros por las fuerzas del orden momentos después de abrir fuego contra Trump.
Un fiscal dijo que al menos un asistente murió y el Servicio Secreto dijo que dos espectadores resultaron gravemente heridos.