Los talibanes toman la quinta capital provincial en Afganistán desde el viernes
Los talibanes se han apoderado de la ciudad de Taloqan, en el noreste de Afganistán, lo que supone la quinta capital de provincia que cae bajo su control en cuestión de días, según ha confirmado este lunes un periodista local.
Taloqan, capital de la provincia de Tahar, es solo la última de una serie de victorias que se producen a medida que las fuerzas extranjeras, lideradas por Estados Unidos, completan su retirada de Afganistán.
La velocidad de los avances de los combatientes, que incluyen la toma de la importante ciudad de Kunduz, ha aumentado la preocupación por el número de víctimas civiles. Al menos 27 niños han muerto y 136 han resultado heridos en las últimas 72 horas en Afganistán, según informó el lunes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en un comunicado. Unicef dijo que la mayor parte de las víctimas se produjo en la provincia de Kandahar, donde continúan los feroces combates entre las fuerzas talibanes y el Ejército afgano.
“Estas atrocidades son una prueba de la naturaleza brutal y la escala de la violencia en Afganistán, que se ceba con los niños ya vulnerables”, dijo Unicef, añadiendo que hay informes de que los niños son “cada vez más, reclutados en el conflicto por los grupos armados.”
Cinco capitales de provincia tomadas
El viernes, la primera capital de provincia, Zaranj, cerca de la frontera con Irán, cayó en manos de los talibanes. La siguiente, Sherberghan, cerca de la frontera con Turkmenistán, cayó el sábado.
El domingo, los insurgentes se apoderaron de Kunduz, una capital provincial de importancia estratégica en el norte de Afganistán, lo que la convierte en la primera ciudad importante que cae en manos de los talibanes desde que comenzaron su ofensiva, en mayo. Con una población de 375.000 habitantes, Kunduz es un premio militar importante.
También el domingo, las fuerzas talibanas invadieron en su mayoría la capital provincial de Sar-e-Pul, en el norte del país.
En la última semana, Estados Unidos ha incrementado los ataques aéreos contra las posiciones de los talibanes en un intento por detener sus avances. Los talibanes han acusado a Estados Unidos de bombardear un hospital y un instituto, además de otros objetivos civiles en la provincia de Helmand.
“Las fuerzas estadounidenses han llevado a cabo varios ataques aéreos en defensa de nuestros socios afganos en los últimos días”, dijo el domingo la mayor Nicole Ferrara, portavoz del Mando Central estadounidense, eludiendo una pregunta sobre los objetivos de los ataques.
Dudas sobre continuidad de ataques aéreos
Un alto funcionario de seguridad afgano dijo que, aunque las cosas estaban cambiando rápidamente en el campo de batalla, el apoyo aéreo de Estados Unidos a las fuerzas militares de Afganistán todavía estaba programado para terminar a finales de este mes, cuando la retirada de Estados Unidos sea completada. El funcionario dijo que no se había producido ningún cambio en la política estadounidense a pesar del rápido avance de los talibanes sobre el terreno.
“Necesitamos apoyo aéreo cercano”, dijo el funcionario afgano durante el fin de semana. “Las cosas se están poniendo feas”.
El comandante del CentCom estadounidense, el general Kenneth “Frank” McKenzie, declaró públicamente en julio que Estados Unidos dejaría de prestar apoyo aéreo a las fuerzas afganas –y que probablemente solo realizaría ataques antiterroristas limitados– una vez finalizada la retirada. Se espera que todas las fuerzas extranjeras abandonen Afganistán el 31 de agosto.
El domingo por la noche, Muhammad Naeem Wardak, portavoz de la oficina política de los talibanes, advirtió a Estados Unidos contra una nueva intervención en Afganistán.
Sin acuerdo de alto el fuego en el horizonte
No hay ningún acuerdo de alto el fuego con el Gobierno afgano en el horizonte, mientras los talibanes continúan con sus avances militares, dijo a la cadena de noticias Al Jazeera Arabic. También culpó al Gobierno afgano de iniciar los recientes combates.
“El Gobierno afgano es el que ha decidido iniciar la guerra en diferentes provincias”, dijo Wardak. “Las medidas que tomaron [los] talibanes fueron en respuesta y reacción a los ataques y acciones del Gobierno”.
La embajada de Estados Unidos en Kabul ha criticado la ofensiva de los talibanes en las ciudades afganas, diciendo el domingo que sus acciones para “imponer por la fuerza su gobierno son inaceptables y contradicen su pretensión de apoyar un acuerdo negociado en el proceso de paz de Doha.”
“Demuestran un desprecio gratuito por el bienestar y los derechos de los civiles y empeorarán la crisis humanitaria de este país”, dijo la embajada.
La semana pasada, el ministro afgano de Asuntos Exteriores, Mohammad Haneef Atmar, declaró que la reciente ofensiva talibán había matado a más de 3.000 personas en todo el país y desplazado a más de 300.000 en los últimos meses.
En los seis primeros meses del año, se registraron unas 5.183 víctimas, lo que supone un aumento del 47% con respecto a 2020, según indicó la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán, en un informe de julio. El informe señalaba que los muertos y heridos se dispararon notablemente a partir de mayo, cuando Estados Unidos y sus aliados comenzaron a retirar sus tropas.