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PSG vs Manchester City, por la Champions League: Messi gritó su primer golazo para un triunfo clave

Tres minutos antes de esa corrida a toda velocidad como las que hacía cuando lo dirigía el hombre que ahora está parado ahí nomás, a centímetros, pero del lado rival, Messi había bajado hasta la puerta de su área, replegado como todo el equipo. Puso la punta del pie para cortar el toqueteo del Manchester City y buscó sacar la contra rápida con Neymar, que no pudo hacer pie y perdió la pelota.

Era un reflejo del París Saint Germain. Lo que ocurrió cuando al argentino pintó su primera obra de arte en Francia también fue una muestra de lo que puede brindar el equipo.

El abogado defensor de Mauricio Pochettino tendrá argumentos para dar. Podrá decir que falta tiempo para aceitar las piezas. También indicará que en el arranque de temporada tuvo que ir rotando muchas fichas por lesiones, viajes con la selección o suspensiones. Y obviamente exhibirá el triunfo ante el Manchester City, nada menos, como prueba contundente para pedir paciencia antes de dar un veredicto.

Si hay un equipo con potencial para mejorar es el PSG, claro. Y hacerlo a partir de un triunfo valioso y necesario como el que consiguió en el Parque de los Príncipes será más sencillo. 

Aunque detrás del resultado, enseguida aparecerá un equipo que sigue poniéndose en marcha y va buscando su mejor versión: no estuvo Ángel Di María por suspensión, volvió Marco Verratti, que le dio más prolijidad y conexión en el medio y Gianluigi Donnarumma, que empieza a adueñarse del arco, fue determinante cuando el Manchester City lo acorraló y merecía la igualdad.

Los dos goles representan las versiones ideales de lo que puede dar el equipo parisino: por un lado, la búsqueda colectiva y, por el otro, un arresto individual voraz para romper cualquier molde.

“De a poquito me voy acomodando al equipo y a mis nuevos compañeros. A medida que vayamos jugando más y conociéndonos, vamos a ir creciendo”, suelta Messi, todavía transpirado en el campo de juego. Y da en la tecla: “Tenemos que crecer a nivel de juego. Por momentos jugamos muy bien pero hay que alargarlo y mantenerlo, eso nos va a permitir manejar el partido a nosotros”.

El 1-0 fue una jugada en conjunto que resultaría una excepción y, que en lugar de brindarle tranquilidad para soltar el juego que todavía no fluye, fue un quiebre negativo en sus intenciones.

Messi, que volvía tras la polémica por su lesión en la rodilla, partió desde la derecha al medio. Allí recibió de Mbappé en el inicio de la jugada que abrió el marcador, a los 8 minutos. El francés combinó con Hakimi, otra vez clave con sus proyecciones por derecha. Tiró el centro atrás que pifió Neymar y corrigió Gueye con una definición exacta, al ángulo.

Con la ventaja, el local cedió terreno, perdió la pelota y solo apostó a la contra con su tridente estelar que suele quedar descolgado del resto del equipo. Habrá partidos en los que esa calidad individual le alcance para aumentar la cuenta y liquidar rivales menores, pero ante el City la ecuación no es tan sencilla.

No estuvo preciso Neymar, solo una vez llegó por sorpresa Ander Herrera y las mejores actuaciones hay que encontrarlas en las dos áreas: pinceladas de Mbappé y Messi y una sólida actuación de la dupla central (Marquinhos-Kimpembe) y del arquero. 

Por suerte, para el PSG, contó con la falta de puntería de los ingleses: en el primer tiempo el travesaño dos veces le negó el empate en la misma acción, primero con un cabezazo de Sterling y, en el rebote, lo erró de manera insólita Bernardo Silva.

También, vale decirlo, al equipo de Guardiola le faltó peso en ataque. Demoró demasiado el ingreso de Foden (por Grealish), que cambió las piezas en ataque y puso a Sterling de 9.

Al City, que también tiene como gran objetivo quitarse la espina y poder ganar por primera vez la Champions League, le cabe la misma duda que al PSG: contra rivales menores podrá quebrarlos y ganar sin necesidad de un centrodelantero clásico, pero esta derrota abre la incógnita de si necesitará de ese rol que en la temporada pasada no cumplieron con la expectativa Gabriel Jesus ni el Kun Agüero.

En el arranque del partido, el regreso de Verrati en el mediocampo le dio al conjunto de Pochettino mejor conexión entre sus líneas e invitaba a confiar en una mejora en su funcionamiento luego de varias presentaciones con triunfos ajustados en la Ligue1. Pero el orden y la paciencia duró un cuarto de hora. Y paradójicamente, del otro lado, el 1-0 despertó a un City que empezó a hacer su juego con la movilidad que lo distingue, atacando en bloque por todo el ancho y sin referencias de ataque.

El equipo de Guardiola logró imponer condiciones en la mayor parte del partido y desnudó esos desniveles en el funcionamiento que marcó Messi con sus declaraciones. Pero falló en las áreas y ahí PSG sacó sus mejores cartas.

“Ojalá Messi pueda jugar”, soltó en la previa el entrenador catalán que diseñó aquel equipo inolvidable del Barcelona con Leo como estandarte.

Y Messi jugó.

Será difícil que vuelva a dejar el campo de juego después del gesto que recorrió el mundo cuando Pochettino intentó protegerlo y terminó expuesto. Y menos aún si todavía guarda cartuchos como los que usó para liquidar la historia en una corrida que no coincide con su DNI. Diagonal feroz de la derecha al centro, descarga fantástica con Mbappé, que le dejó la pelota servida para su zurda y caricia al ángulo superior para estrenar su garganta en París y gritarle a Pep el séptimo tanto en los cinco cruces.

Esta vez, los gestos que recorrerán el mundo serán positivos: se repetirá por todas las latitudes el golazo para confirmar un triunfo clave luego del decepcionante debut en el torneo con el empate en Brujas. Y también se viralizará la imagen inédita del crack argentino acostado detrás de la barrera  para defender un tiro libre en contra sobre el final del partido. En una acción posterior fue Mbappé el que se puso al servicio del equipo y ofició de “barrera horizontal”.

Hay cosas que el dinero no puede comprar. El PSG lo sabe mejor que nadie, en un intento más en busca del trofeo de la Champions. “Esto no se trata solamente de fichar jugadores -dice Pochettino tras el triunfo-. Hace falta entrenamiento y tiempo”.

Ahora lo tiene a Messi, que además de empezar a pagar con goles, al terminar el partido le entrega un un diagnóstico exacto y realista de dónde están parados y hacia dónde hay que apuntar. 

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