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Los Knicks rompen con un brutal segundo cuarto su maleficio ante los Sixers

Los Knicks rompieron su maleficio ante Sixers ganando por 112-99. El equipo de Philadelphia sumaba hasta ayer 15 triunfos consecutivos ante la escuadra neoyorquina, que no era capaz de ganar a los Sixers desde abril de 2017. Esa estadística negativa se acaba de romper.

Ganaron los Knicks y lo hicieron al más puro estilo Thibodeau. El segundo cuarto del encuentro, el a la postre decisivo, encarnó como pocos el vínculo que Thibodeau tiene con sus jugadores, el hilo argumental que deja en ellos, la exigencia máxima que emana de su magisterio en la banda. Los locales jugaron a lo grande en un segundo cuarto que lo desequilibró todo y que puso a estos Sixers en evidencia.

El partido duró algo más de un cuarto, un tiempo ese en el que hubo igualdad y bajos porcentajes de tiro provocados no por el mal juego de ambos equipos, sino por la intensidad defensiva de Knicks y Sixers, ajena por completo a los cánones que priman en el mes de octubre. Eso sí, los Sixers llegaron hasta donde llegaron, porque en marcha ya el segundo cuarto el físico local y el acierto desde el triple se llevaron por delante cualquier resistencia visitante.

Caudal físico imponente el de los Knicks, compromiso colectivo indiscutible y parcial apabullante en el segundo cuarto: 39-16 para irse al descanso con un alentador 62-42.

Especialmente llamativo el trabajo defensivo de los hombres altos para parar a un Joel Embiid evidentemente limitado por la rodilla, resultando especialmente crucial la labor atrás de Mitchell Robinson, que se pegó en la pintura con Embiid hasta emborronar la hoja de servicios del camerunés, que se fue al descanso con 0 de 5 en el tiro de campo tras ir 10 veces a los libres.

Poco le importó a Knicks que Robinson y Gibson sumaran en el partido 10 faltas. Bien empleadas estuvieron.

Al descanso, Kemba Walker ya lideraba el ataque local con 10 puntos, Immanuel Quickley había roto los tobillos a Maxey con un movimiento eléctrico, los 10 jugadores de la rotación de Thibodeau ya habían anotado y el gran abismo, además de en la defensa, radicaba en el triple: ¡10 de 16 los locales y 2 de 15 los visitantes! Porque esta vez Seth Curry no fue un Curry Curry. Venía de hacer un muy buen inicio de curso, pero Seth se quedó esta vez en 4 puntos con 0 de 4 desde el triple en un partido que su equipo terminó perdiendo 112-99.

Knicks, que se pone ya con marca de 3-1, se benefició de un gran trabajo por parte de su segunda unidad, que en la primera parte anotó 30 de los 62 puntos del equipo, con Derrick Rose al frente.

La segunda parte fue un ejercicio de impotencia de unos Sixers que, eso sí, nunca bajaron los brazos. Una segunda mitad en la que New York administró con sabiduría su ventaja.

Lideró el triunfo Kemba Walker con 19 puntos, bien acompañado por Evan Fournier con 18. Dos ex de Celtics rindiendo a muy buen nivel. Julius Randle firmó 16 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias, sufriendo a lo largo del partido muy buenas ayudas defensivas en su contra, y Derrick Rose aportó 13 puntos en 20 minutos.

Sixers solo tuvo un hombre brillante, que no fue otro que Tobias Harris, autor de 23 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias. Embiid, gris durante toda la noche, se quedó en 14 puntos tras solo tirar 7 veces y perder 5 balones. Además, 13 puntos de Niang, 4 triples de Danny Green y otro buen aporte en el rebote de Drummond, que parece infrautilizado estando Embiid dolorido.

A estos Sixers les falta mucho para ser los Sixers de los últimos años; y a estos Knicks les sobra energía para seguir siendo un equipo muy competitivo en el cada vez más poderoso Este.

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