La asignatura del gol, esa que a muchos equipos se les resiste, y que si se combina con un gran desempeño defensivo rival, hace que la hazaña de mantener la portería a 0 sea más factible. Duelos igualados y sin festejar goles, tan solo “uyyyyyys” en la grada. Para muchos una falta de espectáculo. Esto es lo que ha ocurrido esta última jornada en la Ligue 1: una marca de 13 goles totales anotados, la más baja desde la temporada 2015-2016.
Los goleadores no estaban invitados a la fiesta, o se quedaron dormidos y no llegaron. Solo se anotaron 13 goles en los nueve partidosde la jornada 11 del campeonato. Tres partidos terminaron en empate 0-0: Lorient-Lens y OM-Lille el sábado, y Estrasburgo-Clermont el domingo. En el resto de partidos el PSG venció por 3-0 al Montpellier, el Lyon empató 1-1 frente al Metz, el Reims derrotó al Nantes por 0-1, el Toulouse cayó derrotado 1-2 ante el Le Havre, y Mónaco y Niza vencieron ambos por 2-0 ante Brest y Stade Rennais respectivamente.
Con una media de 1,4 goles por partido, la Ligue 1 acaba de vivir su jornada menos prolífica desde la temporada 2015-2016 (13 goles en 10 partidos, media de 1,3 goles por partido). Como recordatorio, el récord del menor número de goles marcados en una jornada de liga francesa es de 8 en la temporada 2006-2007.
A pesar de que este año se haya pasado de 20 a 18 clubes, lo que significa un partido menos cada jornada, el número de goles ha descendido drásticamente. La misma jornada (11) de la pasada temporada de Ligue 1 registró un total de 26 goles, el doble de tantos anotados en la presente.
Si seguimos observando hacia atrás en el tiempo, en la temporada 2021-2022 este dato se sitúa en 29 goles, y en la anterior (2020-2021) un total de 27 tantos. Unos datos que reflejan la falta de efectividad actual de los equipos franceses y que preocupa tanto a los entrenadores como a los aficionados.